Opinión

La iglesia, ante las excomuniones y pederastia

La iglesia, ante las excomuniones y pederastia

El Papa Francisco, en la actualidad de 88 años de edad, accedió al Papado en 2013, y desde entonces se ha mostrado abierto a hacer una renovación dentro de la Iglesia Católica. Ello le ha llevado a tener dentro del Vaticano, a Cardenales críticos, que, han querido hacer perdurar el conservadurismo que ha caracterizado en todo momento al catolicismo desde hace más de veinte siglos.

Toda apertura hacia algo nuevo y distinto, conlleva críticas por personas e Instituciones, que, en algunos casos han excedido de las meras opiniones y sobre todo, con acusaciones al Pontífice, dando lugar a excomuniones.

Es el caso del Arzobispo Carlo Maria Viganó, de 83 años, excomulgado y separado de la Iglesia Católica, por el Vaticano la pasada semana; había pedido la dimisión del Papa Francisco, acusándolo de herejía y criticando sus posturas sobre la inmigración, el cambio climático y las parejas del mismo sexo; Exembajador de la Iglesia en Estados Unidos, donde había acumulado una sólida reputación durante décadas por su trabajo como funcionario de alto rango en el Vaticano, y luego como su embajador en Estados Unidos. Ha sido encontrado culpable de cisma por negarse a reconocer la autoridad del papa Francisco y las reformas liberales promulgadas tras el Concilio Vaticano II, en la década de 1960, al que considera como “un cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico”.

Francisco ha castigado a otros clérigos vocales de derecha. El reverendo Frank Pavone, un estadounidense que lideró el grupo Sacerdotes por la Vida, fue expulsado de la Iglesia en 2022, y el cardenal Raymond Burke, una figura destacada para los tradicionalistas católicos que pensaban que Francisco estaba diluyendo la doctrina, fue desalojado de su apartamento subsidiado en el Vaticano el pasado año.

En 2006, el Vaticano excomulgó al arzobispo zambiano Emmanuel Milingo, quien infringió gravemente una norma, al casarse en 2001 con una acupunturista en una boda colectiva presidida por el reverendo Sun Myung Moon. El arzobispo acabó por regresar a la Iglesia, viviendo en reclusión, tras lo cual volvió con su esposa e instaló a cuatro hombres casados como obispos en Washington. Fue expulsado del sacerdocio en 2009.

Y sin olvidar las excomuniones de las Monjas de Belorado -Burgos- y del Obispo Carlos de Rojas.

Pero junto a estas expulsiones, la negación y el silencio ante los abusos sexuales en la Iglesia fue, durante las últimas décadas, una constante en el discurso de los obispos españoles. 

En cambio, el actual Papa ha sido quien desde el inicio de su Pontificado, ha hablado de este tan delicado tema, pidiendo perdón por los abusos a menores en colegios tutelados por sacerdotes e incluso en las propias Iglesias. Y es que, en mi opinión, la libertad de información, la libertad de expresión, la transparencia, son esenciales para la vida interna de la Iglesia Católica.

El caso más reciente dado a conocer es el de un sacerdote ecuatoriano, quien había mantenido durante años una relación de homosexualidad con un seminarista, habiendo sido expulsado el primero y separado del Seminario el segundo.

El cardenal francés Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon, ha anunciado que presentará su dimisión al Papa Francisco tras ser condenado por un tribunal de Lyon a seis meses de prisión, por no haber denunciado ante la justicia los abusos sexuales cometidos durante años por un cura pederasta de su diócesis. O los casos del Cardenal George Pell, ministro de Finanzas del Vaticano y considerado el 'número tres' del Papa Francisco, ha sido declarado culpable de haber abusado sexualmente de dos menores, monaguillos, siendo Obispo en Australia.

En nuestro país, han llegado a ingresar en prisión varios sacerdotes por este tipo de hechos delictivos. Los más recientes el ex párroco de Can Picafort, P.B., primer cura expulsado por la Iglesia por un caso de pederastia, condenado a seis años de prisión, por violación en más de diez ocasiones a una pequeña de 10 años de edad; o el ex cura de Talavera de la Reina, condenado a 8 años y medio, por abusos sexuales continuados a una adolescente, de la que era su director espiritual.

La Conferencia Episcopal española, ha dejado por escrito que “las víctimas necesitan una respuesta, clara y precisa” tras padecer abusos en la Iglesia, pero, al mismo tiempo, los obispos han decidido que esas víctimas queden fuera de la comisión que decidirá sobre las indemnizaciones que van recibir; documento éste que será aprobado en el día de hoy.

Problemas de una Iglesia en ebullición, y considero que, deben ser conocidos, y no mantenerse ocultos, en base a la transparencia, todo ello en bien de la Iglesia, y tras las innovaciones necesarias del Papa Francisco.